1 -La
gente que dice “restauran” (no del verbo “restaurar”, sino de “restaurante”).
2 -Christian
Gálvez hablando de Da Vinci.
Christian
Galvez hablando.
Christian
Gálvez.
3 -Que
“ver series” se considere una afición.
4 -Los codazos cómplices y risitas tontas cuando se habla
de cocaína. ¿Qué tenéis? ¿12 años? ¿Parálisis cerebral?
5 -Quien cree que El Ganso es sixties o british.
6 -Dani Rovira. No me cae mal (al contrario, de hecho)
pero a la vez NO PUEDO CON ÉL. ¿Se me entiende?
7 -Las botas marrones de media caña.
8 -La industria farmacéutica.
9 -La expresión “te lo compro” referido a una idea o algo
inmaterial.
10 -La gente que juzga la maternidad, el lactivismo o la
libertad en la crianza de cachorros humanos ¿Qué más os da, pedazo de bisoños?
11 -Las fotos de comida.
12 -El discurso vital de Maite Galdeano. El de Loles
León. Hacer bandera de la ordinariez.
13 -Las pijas como yo, que consideran (consideramos) la
ordinariez como algo negativo.
14 -“Los sueños se cumplen”. Poto.
15 - La gente que piensa que los pobres son pobres “porque
no se esfuerzan”. (Esta idea, inconsciente y refinada como el azúcar, está más
presente de lo que creemos).
16 -Los guapos sin gracia (que son la mayoría).
17 -Las personas en los afters que parecen tullidos
medievales.
18 -La colonia Nenuco.
19 -Reírse de los influencers. Reiros de los gobernantes,
joder. ¡Cobardes!
20 -No ser capaz de leer la palabra “¡Cobarde!” con un
tono diferente al de Chiquito de la Calzada.
21 -Que se crean que porque llevo el pelo rosa y soy desinhibida
y sociable, vivo en Sodoma y Gomera.
22 -Las maximonturas de gafas de hija de Kiko Matamoros.
Un poquito hartazgo ya…
23 -Cualquier anuncio del Sabadell y cualquier anuncio de
Loquillo.
24 -Las tetas de Rafa Mora.
25 -Quien detesta Desigual o la comic sans… en 2019.
26 -Decir “qué fantasía” a la mínima.
27 -Los grupos de amigas españolas de turismo en Londres.
No las soporrrto. A los grupos de amigos españoles tampoco.
28 -Masturbarse para coger sueño y no dormirse.
29 -Los que con una impostada nostalgia se inventan “yo
no estudiaba nada y luego aprobaba”. Yo soy más lista seguro y si estudiaba,
abrobaba. Si no, pues no.
30 -El poster de Al final de la escapada o Mon oncle.
31 -Entiendo hace unos años eso de criticar a las mujeres
mayores, tipo Ana Obregón por hacer de sus rostros una careta cerúlea e
igualada. Pero hoy esas señoras son pioneras de una tribu urbana que tiene dos
cosas maravillosas en esta absurda uniformidad estética: 1) Tienen una
venerable edad y 2)son dueñas de sus cuerpos para agredirlos como quieren. Esto
es punk, nihilismo, suicidio estético, rebelión. No me gusta que dependan del
capital para ello. Y sobre todo, no me gusta nada que se las critique por
intentar ajustarse a un canon que las excluye. Me encanta su locura, su
artificio, su determinación por ser monstruosas. En serio, ME FLIPA que sean
tan extremas. (Y me relamo esperando el paso de los años sobre la reina
Letizia).
32 -Me molesta especialmente que se premie el artificio “que
parezca natural”. Acabo de ver a Lara Dibildos, que tiene 2 años y algo más que
yo, y me doy cuenta de que siempre ha parecido una señora operada. Me fascina que
estas mujeres no parezcan más jóvenes ni más guapas. Simplemente son señoras
con caras raras. Lo dicho, rebeldía total, aunque creo que inconsciente. Puro romanticismo adulto.
33 -París.
34 -Las sábanas con pelotillas.
35 -Que lo llamen co-living cuando quieren decir
precariedad.
36 -La cocaína.
37 -Un domingo en ciudad pequeña.
38 -El pimiento rojo. (Pierde de largo frente al verde).
39 -El sospechoso trasfondo que hay tras los “locales de uñas”
regentados por orientales. ¿Dónde radica el éxito? ¿Qué perversión soterrada y
placentera hay en esa imagen de un o una migrante encorvado sobre nuestras cutículas?
¿Hay algo sexual? ¿Es el refinamiento máximo del clasismo que nos ciega? ¿Qué
hay de hermoso en ponerse una suerte de cigalas incapacitantes en las manos?
40 -El 90% de los tatuajes.
45 -Defender RuPaul´s Drag Race, el trap o La Sexta, como
si lo necesitaran.
46 -Que la gente no vote por desencanto. Por desencanto
se vota, aunque sea como acto romántico de suicidio.
47 -El vino y el aliento caliente que deja en el paladar.
48 -Que todavía haya quien piense que el rock and roll o
la guerra de las Galaxias es contracultural, o transgresor o friki. Son cosas
viejunas, sin más. Aunque molen.
49 -Los de “no te puto pilles por mí”.
50 -Las playas más de 2 horas y/o no caribeñas.
51 -Eso de “50 cosas sobre mí”.
52 -Trump.
53 -El marketing.
54 -Los museos por dentro.
55 -Los entrenadores de fútbol, los militares, los
actores y un poco los psicólogos. (Puestos a ser un flipado de una profesión,
que sean bomberxs, investigadorxs, oncólogxs…)
56 -La legión.
57 -Los caracoles. Para comer y para ver.
58 -“El problema” catalán. Esta cortina de humo me aburre
tannnntooo…
59 -La incompetencia. La ajena, pero sobre todo la
propia.
60 -El café en vaso.
61 -Los monologuistas.
62 -Los señoros que se apropian del discurso feminista
con altavoz público. Me da igual su motivación: están usurpando el lugar de una
mujer.
63 -Perder mañanas de sábado de mala manera, pudiéndolas perder
de muy buena forma.
64 -El picor de genitales en momentos incómodos. ¡Qué
cosa más difícil de tramitar!
65- Las misas. Qué largas e inútiles son.
66- El miedo. El miedo es lo peor que puede pasar y pasa.
En el cerebro, en lo privado, en lo doméstico, en lo público, en el mundo, en la vida.
Lo dice Diana Aller