Pero este año, he decidido abrir la mano. Abrir incluso mi corazón. Abrirme entera. Este año he decidido celebrar el amor. El romántico y el de verdad.
...Porque una cosa es ser consciente de las garras heteronormativas y de la apología de los celos encubierta bajo las alfombras culturales del capitalismo; y otra muy diferente, es conocer el alcance sentimental de nuestras almas sedientas y celebrarlo.
Y de esto quiero hablar: del amor, el amor a las amigas, a un familiar desvalido o a uno fuerte. El amor a esa compañera de trabajo a la que nunca le hemos dicho que la queremos. El amor incluso a los objetos, tan incomprendido y denostado. El amor a las mascotas, -verdaderas familias que nos aman incondicionalmente-. Propongo usar San Valentín para celebrar los amores, en plural, los amores festivos, los de luto y de color. Los amores tardíos, los jóvenes y reventones. Los amores lisiados, los imposibles, los posibles pero vagos y con dejadez. Los amores raros y tuertos. Los amores con olores rancios, sexuales o caducados.
Hay que quererse, cuidarse... Celebrar el amor, siempre es un acierto.
(Como este corazón, no hay ninguno)
Así que, sí: FELIZ SAN VALENTÍN a todes. (Me encanta hablar y escribir valenciano inclusivo)
Lo dice Diana Aller
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