"Los políticos son iguales en todas partes. Prometen construir un puente incluso donde no hay un río" (Nikita Jrushchov)
Está todo rematadamente mal. En Europa, y en España ni les cuento. A veces tengo la sensación de que la gente mayor o con un trabajo fijo, o con una vida muy limitada no lo ve, por imposibilidad genética, cerrazón vital o pereza mental... no lo sé, pero no ven la que está cayendo. Me sorprende escuchar que "a ver si en un par de años esto mejora" o cosas por el estilo.
Creo que nos hemos (mal)acostumbrado a esperar que (el gobierno, las empresas, nuestras familias...) asuman el liderazgo de nuestro destino y sean responsables de absolutamente todo.
Entiendo que todavía no estemos preparados para adjudicarnos nuestras responsabilidades de forma madura. A saber; que no haya multas castigo por no ponerse cinturón de seguridad o casco en las carreteras; que no exista una institución caduca y feudal como la monarquía o que se den títulos universitarios a cambio de dinero.
Una sociedad madura apela a la propia responsabilidad individual: se pone (o no) casco o cinturón por su propia seguridad, no por la recriminación -económica-; no necesita de un rey o un idolillo pagano al que adorar, y la gente aprende conforme a sus intereses y no según su economía.
Pero España, ¡ay España!... Cómo escuece... Ver la realidad es duro, y entiendo que esperemos un maná que no termina de llegar y eso desespere. Pero lo que ni entiendo ni comparto es la desidia, la queja generalizada, el decir y no hacer.
Claro que la situación es crítica. Pero si usted es de los que se ha dado cuenta, no lloriquee, por favor. No soporto a la gente que, por ejemplo, para hacer valer su trabajo, se queja del de los demás. No, no y no. Aquí, como en el trabajo, en la guerra y en el amor, hay que crecerse en la adversidad, hay que darlo todo, hay que luchar.
Y si ya ha dado el paso de darse cuenta de cómo está España, y de lo lejana que resulta la recuperación con tanto recorte y tan poca inversión, ahórrese la energía de la queja, e inviértala en acciones, solidaridad, pensamiento, hechos, imaginación...
El tercer paso sería "desaprender", paradójicamente eso mismito que nos dice la publicidad de un banco. Abogo por leer, escuchar, debatir... y después volver a los inicios. Hoy mismo, las redes sociales palmoteaban de alegría porque en Francia ha ganado las elecciones el candidato socialista...
Parece mentira que a estas alturas queramos seguir creyendo el maniqueo discurso político de derecha e izquierda. ¿Es que no hemos tenido suficiente? ¿Es que alguien cree que esto es un problema de buenos y malos?.
Olvidemos los colores de la política, aniquilemos las muletillas heredadas del marxismo, las proclamas de los políticos que nos han engañado. Ya está bien, hemos de asumir con madurez y con crítica la situación. En Francia no ha ganado el socialismo: ha ganado el capitalismo feroz, que envuelve la sociedad en una devoradora espiral hacia dentro, alternándose de partido político. Igual que España, a la que ni los políticos ni los intelectuales llaman por su nombre. Se avergüenzan diciendo "este país" ¡menudo eufemismo!. España, diversa, enloquecida, trágica, impredecible y pasional.
España, asumámosla, porque se nos viene encima. Sin temor a poderes, reyes o castigos...
Hay días que no hay una sola buena noticia ni un solo estímulo positivo, y lo fácil sería quejarse. Pero de verdad, tratemos de olvidar todo lo que nos enseñaron: no sirve de nada. Entiendo lo tentador que resulta ese vano concepto de Estado de Bienestar; pero es como la cocaína: una euforia transitoria, que causa un bajón muy desagradable después. Nos han engañado vilmente con la noble herencia de la Ilustración: se trataba de edificar una sociedad con la gramática misma de la libertad. Y en algún momento sin retorno, la cosa transmutó a la economía de mercado, y los ciudadanos pasaron a ser engranajes humanos de empresas, sin posibilidad de ser otra cosa, de autoabastecerse o de decidir si quieren llevar o no cinturón de seguridad.
Amigos, ahorrémonos las quejas, revisemos nuestras ideas, unámonos y hagamos.
Dicho todo esto, vayamos con algo ligerito y ameno, más propio de gentes despreocupadas y superficiales como ustedes y yo. Para terminar, les voy a glosar unos cuantos de mis
grandes hallazgos:
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El Pinterest. La red social más simple que hay. Enganchadísima me hallo. Recomendable para ratos muertos en el curro y momentos de templanza previos al sueño nocturno.
-La revista Cuore. La semana que no la compro, me dan picores y sarpullidos en las extremidades. Pasan los meses y los años, y me sigue fascinando. Recomendable para adictos a los Aarghs!, las fotos de antes y después y necesitados de humanizar celebrities.
-Preparado para tarta de zanahoria Betty Crocker. Recomendable para desengaños amorosos o reuniones informales con café o chocolate caliente.
-Iniciativas interesantes, como la de ayer en el Matadero, diseñada por el colectivo
Biernes, o como el fiestón del próximo jueves, perpetrado por la gente de Montaña Sagrada:
El Bosque de la Victoria. Recomendable para estudiantes y trabajadores ¡es a las 20:00!
-Los calcetines de American Apparel. Son caros, si. Pero tienen pinta de durar toda una vida. Cuando ronde los 80-90 les digo cómo están...Recomendable para combinar con pantalones de color.
-La colonia Lola de Marc Jacobs. Tengo el olfato hiperdesarrollado, y casi todas las colonias me resultan molestas a la nariz. Esta no (y fue un regalo de Mónica Escudero, por lo que me gusta más todavía). Recomendable para noches eternas.
-He estado en la Sierra de Cazorla y me ha encantado. Recomendable para puentes y fines de semana de sol.
Lo dice Diana Aller