Hace unas entradas -hace unos días- cedí este humilde espacio a tres amigas que como yo, rondan los 40, como yo están felizmente separadas y como yo, son madres de 2 criaturas. Pero lo que unía a estas
tres mujeres era que estaban explorando su atracción hacia otras mujeres.
(Si no lo hicieron entonces,
lean ahora sus historias, hagan el favor).
Uno de los casos, el más documentado, también es el que más comentarios suscitó. Muchos conocidos me han preguntado por el devenir de LR y su historia.
La -yo creo que muy afortunada- chica depositaria de su fragor sentimental
se ha puesto en contacto conmigo para descubrir la otra parte de esta historia. (Y esto me honra entre mucho e infinito, sépanlo todos).
Primero habla de su filiación sexual, después de Platón, y finalmente de la bonita relación que inició con LR.
Les advierto que el texto es largo pero nutritivo. De hecho les recomiendo que se preparen una infusión exótica y unas pastitas (O unas Lays vinagreta y coca-cola zero, yo qué sé) para disfrutar de tanta honestidad y de una historia de protoamor del siglo XXI. La ocasión lo merece.
Lo dice Diana Aller.
CARTA EN RESPUESTA A
LR
(Antes de nada) …
Apreciada Diana,
Gracias por ofrecer esta posibilidad en tu blog hablando de
estos temas.
No soy tan fiel a tu lectura desde hace tantos años como otros seguidores que
veo tienes, pero desde que empecé este año a leerte, ya no he podido parar.
Me gustaría poder pronunciarme, hacia esta chica… LR. Pues
al leer sus letras, unas que no han pasado desapercibidas para mí, me ha
invadido la necesidad casi imperiosa de poder decir algo al respecto.
No sé si ayude también mi testimonio. Pero ha sido toda una tremenda casualidad
(o no); que hoy me encuentre aquí, frente a mi ordenador, para disponerme a
contaros algo; A ti Diana y a todos tus seguidores… pero sobretodo a ti;
querida LR…
¿Y qué mejor que comenzar así? Vamos allá:
Querida LR,
Veo que tu texto está gustando a algunas personas. No sabes
cuánto me alegro.
Supongo que habrá habido más gente que no se ha pronunciado con comentarios,
pero a la que también tus palabras les habrá llegado. A mí no sólo “me han llegado”
tus palabras estimada LR, sino que me han TOCADO.
Gracias por tu perspectiva de ese día. Gracias infinitas por
tu testimonio. Y haciendo honores a tu modo de haber entrado en este post…
Tengo 31 años. No tengo hijos como tú, LR. Pero sí estuve casada.
Actualmente estoy divorciada por casi ya 5 años - hará en Semana Santa- de una
mujer.
Mi mujer fue, y al igual o parecidamente a lo que he leído sobre tu marido, una
persona también excepcional. No es que fuera, sigue siéndolo. Estoy segura…
aunque las circunstancias actuales y a diferencia de ti, ya no me permitan
seguir sabiéndolo igual porque el trato, al no haber podido tener hijos, ha
disminuido considerable y lógicamente mucho.
Apenas sé que ahora vuelve a ser feliz. Ha encontrado a su nueva media naranja
y yo siempre me alegraré por su felicidad. Pues si de algo sé es de AMAR y no
de QUERER.
Querer muchas veces significa posesión. Supongo que esas y
como dices tú sobre la sinceridad, también son “mis reglas del juego”. Y por
ello mismo no sé follar … sino hacer
el amor, aunque esto suene muy cursi.
No obstante, en los casos que he tenido sexo sin amor, como cualquiera podría y
puede tener hoy día si lo desea; no lo he disfrutado de verdad. He saciado, tal
vez, una especie de sed… A veces más producida por ego o falta de autoestima
puntual en ese instante y otras por necesidad quizá de cariño, de gustar, de
sentirme “poderosa” conquistando… Da igual por lo que fuera que haya podido
desear por una noche, tener relaciones íntimas con alguien a quién no amo ni
quizá amaré ya nunca, me aventuro a constatar…
No son prejuicios. Es que tal cual comienza esa historia (si
es que empieza así), a mí no suele acabar de ilusionarme.
Tampoco son valores inculcados y/o arraigados de una educación y por lo tanto,
algo no propio ni mío de verdad... Tan sólo es mi esencia y mi cuerpo. Que
funcionan así.
A veces he detestado haber nacido confeccionada de este modo, confieso. Pero
eso fue en mi real “etapa adolescéntica” como también has dicho tú y que me ha
hecho gracia tu expresión.
Ya hace años que aprendí a aceptarme, con mis más y mis menos, y a quererme tal
cual soy.
Eso conlleva saber protegerse también. Saber cuidarse. Y tener claro, esto es vital;
qué se quiere y qué no.
Ser valiente, por lo tanto, a saber decir NO muchas más veces que Sí. Pues en
ocasiones un “no” esconde un gran
sí.
En el sentido que cuando rechazamos algo, es porque estamos seguros de en qué
no queremos perder nuestro tiempo ni hacérselo perder tampoco a otros.
Muy pocas personas hoy en día saben bien lo que quieren y/o
necesitan. Y si quizá lo saben, no hacen por demostrarlo de verdad. Y en
materia de pareja, me atrevería a decir que es triste observar cuán pocas
llegan a ser…
Al igual que tú, también busqué el amor en páginas de contactos. Y también lo
hice por sugerencia de amistades a las que parecía que les había ido bien… Pero
en mi caso se añadía el componente de pensar que me resultaría infinitamente
más sencillo así, dada mi orientación sexual.
Soy lesbiana y sé que siempre lo seré.
Esto no se elige. No es algo que tampoco puedas cambiar o modificar a tu antojo
con el tiempo. Por ejemplo; maravillosa magia resultaría poseer cual botoncito
mágico, un cambio “de chip mental” en el que, porque te ha ido mal; en mi caso
con una mujer con la que me casé y años después nos tuvimos que divorciar, ahora
verme enredada en el “amor verdadero” con un maravilloso hombre.
Debo confesar que también he tenido relaciones con hombres.
Y todos han sido a cuál mejor persona. Grandes hombres de verdadero ejemplo a
seguir, pienso incluso. Luego esto desmentiría muchas falacias escuchadas en el
entorno sobre que si las lesbianas acostumbramos a tener odio o rechazo
sistemático hacia los hombres, o que quizás nunca disfrutamos del sexo de
verdad con un hombre o que puede que incluso respondamos a arquetipos físicos
estereotipados con rasgos, gestos e incluso vestimentas masculinizadas… etc.
Pues si esto es así, entonces yo rompo la norma.
Una que ya desvelo NO EXISTE.
He conocido a otras muchas mujeres lesbianas también muy femeninas, atractivas
o sin odio hacia los hombres.
Y si algo tengo, es que también he acostumbrado a saber
escoger bien a mis parejas o proyectos de pareja… Fueran hombres o mujeres.
Tal vez sea una habilidad que viene dada por esa necesidad de protección ante
mi no saber tener, por ejemplo, sexo placentero sin conexión emocional e
intelectual.
Ojo lo qué he dicho; porque ya ni hablo de enamorarme de verdad. Hablo de que
mínimo necesito conexión. Pero tener conexión con alguien a esos niveles hoy en
día, es casi tan difícil o más como enamorarse de ese mismo u otro alguien.
Así que, ante mi no capacidad de distracción en cuestiones sexuales, supongo
que he tenido que desarrollar unos filtros mayores que otros para saber decidir
quién se acerca más a mi plano íntimo, y quién no. Que a partir de ahí la
historia funcione mejor o peor… eso ya depende luego de las circunstancias y de
contextos que tampoco ahora vienen al caso.
Mis relaciones con hombres; las he tenido de todos los
colores. En el sentido que han sido más o menos duraderas, en función de esos
marcos de contexto que mencionaba antes. Pero he tenido parejas estables
masculinas. Sí.
Un momento… ¿Una lesbiana teniendo novios? ¿Cómo se entiende
esta contradicción?
Pues bien. Fácil y no tan fácil de comprender:
Una mujer, quizá por biología o por también educación, entorno social, manera
de relacionarse ya incluso y tal vez por cultura sociológica… siempre mantendrá
vínculos más afectivos y cercanos a sus amigas (o amigos) que no los hombres,
entre sí. ¿Quizá esto también favorezca? Hay personas que piensan que puede
ser…
Sea como fuere, esto ya abre puntos de diálogo aquí para entrar en debate sobre
si esta cuestión responde de verdad a lo que una gran parte de la mentalidad
general sobreentiende al decir que las mujeres son, en su mayoría o totalidad;
bisexuales.
Yo personalmente no estaría de acuerdo cien por cien con tal término. Pero
quizá no lo esté porque entiendo la palabra bisexual con todo el abanico de
significado que conlleva; y una mujer heterosexual puede llegar a sentirse
atraída por una mujer y viceversa, una mujer lesbiana por un hombre.
Luego, ¿son bisexuales ambos casos?
No lo creo señores.
En ningún caso se está hablando de enamorarse. O de sentir
PLENITUD con alguien.
Cuando etiquetamos a alguien de heterosexual, bisexual u homosexual se habla de
atracción sexual, de atracción erótica o del deseo de tener relaciones eróticas/íntimas
con tales individuos del sexo X / el que sea… Ok. Esto según significado
literal de la RAE. Pero al final, en la calle, hablamos sobre estas cosas
abarcando a conceptos más ambiguos que no sólo una atracción, dejadme decir;
“animal” e instintiva hacia alguien.
Pues es cierto. Habrá cierta apertura sexual a mantener relaciones con hombres
o mujeres, desde la visión de una mujer... Una que quizá un hombre parece ser
no suele tener igual. De hecho, se suele ver y escuchar que los hombres
heterosexuales, por ejemplo, no podrían tener relaciones con otro hombre nunca o en su mayoría, casi nunca.
Porque ya ni se ven en ello.
Y he aquí señores la clave de todo este asunto: VERSE o NO VERSE.
Pues desde la PNL (a mí que me da por leer mucho de varias cosas), se sabe que
nuestro cerebro funciona con imágenes. Cuando pensamos algo, por más abstracto
que nos parezca que es, es mediante imágenes. Cuando crees que vas a hacer algo
incluso ya muy automatizado… Por ejemplo, vas a beber un vaso de agua porque
sientes tener sed. Ok. Tu cuerpo antes de que lo haga (esto es cuestión de
milésimas de segundo), está imaginando ya en tu cerebro el hacerlo.
Es algo tan automático y rápido, que ya no tomamos conciencia de ello. Así que
simplemente te parece que has ido a por ese vaso, lo has llenado de agua y te
lo has bebido. A efectos prácticos es lo que parece, pero por dentro no ocurre
eso. Tu mente ha “visto” antes el cómo ibas a hacer todo eso.
Un hombre hetero quizá y por algo biológico; de esos eternos estudios que todavía
hoy en día se siguen haciendo para aprender más acerca de las distinciones
entre mujeres y hombres, como ya no se verá /imaginará - porque NO PUEDE hacerlo
por cómo debe ser su cerebro - con otro hombre, ya no lo hará en la práctica
real o física.
Una mujer, generalmente, no tiene esa limitación, digámoslo así.
Por ello es que un alto porcentaje de mujeres, sí heteros,
han tenido al menos alguna vez en su vida una relación lésbica y si no, desean
hacerlo.
Hay algo en nosotras que sí viene abierto a esa posibilidad.
No todas las mujeres que quizá lean esto tienen porque estar de acuerdo
conmigo. Es tan sólo una opinión con la que trataba también de esclarecer
algunas dudas y juicios que aparecen cuando se habla de relaciones lésbicas,
bisexuales…etc.
Pues como decía anteriormente, si eres lesbiana o gay o lo que sientas que te
atrae…etc. No es algo decidido mentalmente. Es algo que o sientes, o no. Punto.
Que luego te decidas a andar ese camino para constatar lo que tus emociones ya
te venían gritando… eso es otra cuestión.
Esto también puede responder a ese famoso y tortuoso camino
conocido popularmente como “salir del armario/closet”.
Una expresión que por cierto detesto, y no soy la única del “gremio gay” a la
que tampoco le agrada.
Pero al menos y con tal expresión se sobreentiende de qué hablamos de un modo
rápido y concreto.
Pues bien, esto de salir del armario
no suele ser un proceso fácil. Pues en tu infinita buena suerte podrás
encontrar con que tu entorno más directo (familiares y amigos), acepten esta
condición de tu vida personal e íntima..., pero en algunos (y no en pocos
tristemente), quizá sea más complicado dar ese paso porque las primeras
reacciones con las que topes no sean agradables y con ello, te lo dificulten un
poco más. Ya que son esas primeras reacciones las que acostumbran a importarnos
más: ¿Qué pensarán mis padres de esto? ¿Y mis amigos? En mi trabajo, ¿qué
ocurrirá ahora si lo cuento?
Yo no escogí con temprana edad empezar a darme cuenta de que
sentía atracción por mi profesora de inglés y con ello sentir una gran y
dolorosa también confusión… O sentir pensamientos recurrentes e imaginación a
mansalva por Xena, la princesa guerrera de la mítica serie
de televisión que veía cada día que la emitían….O sentir “más que amistad” por mi
mejor amiga de clase…
No decidí buscarme esos también tormentos, a veces, de cabeza.
No decidí tener que gritarle un día a mi madre que parara de tratar de buscarme
novios encantadores con sus comentarios graciosos, porque lo que yo sentía que
me gustaban eran las chicas… y con ello, menos decidí y en mi caso sí tuve esa mala suerte, de llevarme una paliza que
jamás olvidaré de mi padre.
No decidí buscarme enemistad con amigas que había tenido de
siempre, sólo porque creían que, si era lesbiana, que no podría ser amiga de
verdad ante ellas porque “a ver cómo las iba a mirar ahora yo en los
vestuarios, al cambiarnos de ropa”.
¿En serio?
En serio.
Seguramente algunos/as pensáis que es chocante que todavía hoy día pasen cosas
de este estilo… yo misma alucino. Pero sigue ocurriendo, lamentablemente. Y
demasiado, opino, para los tiempos que YA vivimos.
Tampoco decidí que por ir de la mano con mi ya esposa y darle simplemente un
pequeño y hasta dulce beso en sus labios al salir un día del cine, por la noche;
un grupo de 4 chicos decidieran querer – casi sintiéndose con ese derecho del
cual a veces me pregunto el por qué, cuando este tipo de cosas ocurren – meterse con nosotras y comenzaran a seguirnos.
Lo hicieron mientras gritaban acusaciones, insultos y a cuál mayor grosería por
segundo.
Honesta y humildemente, mi mujer y yo llegamos a pensar lo peor aquella noche.
Así de claro os lo digo. Miedo es poco el que pasamos.
Pero sin entrar más en modo drama ON… debo confesar que no habiendo podido
escoger nada de todo esto y que también estos son quizás momentos puntuales que
rondan a mi experiencia como mujer lesbiana; siempre me he dicho que, de poder
decidir, al más puro estilo de la película Matrix; pastilla roja donde
comenzara una vida siendo hetero o pastilla azul donde fuera lesbiana de nuevo…
escogería una y mil veces la azul.
La azul de nuevo. Una y otra vez… Sí.
Las cosas que he vivido gracias a ello han sido milagrosas y
de un salto cuántico en mis aprendizajes interiores, brutal.
Y no soy ni mejor ni peor persona que nadie. Tan sólo soy yo y mis
circunstancias. Pero éstas últimas me han ofrecido fortaleza, herramientas de
supervivencia únicas, mayor capacidad de elección y decisión en muchos otros ámbitos…
Y un mejor conocimiento de mí misma y de incluso mi cuerpo (para lo sexual
también).
Y no me considero bisexual porque me encante también hacer el amor con un
hombre. Que me encanta. Claro que sí, y bienvenido el que así pueda ser.
Pero tampoco sé si decir que soy lesbiana porque entonces haya tenido también
relaciones con hombres… atendiendo a según lo que muchas personas pensarían
debido al conflicto de concepto que observo se da en estos casos de
terminología.
Sólo sé que cuando en mi caso sí decido etiquetarme como LESBIANA es porque si
me imagino con alguien “para el resto de mi vida”, es con una mujer. Y no con
un hombre.
Muy en comparación también por lo que dices tú, LR.
Me veo al lado de una amiga/compañera con la que siempre
podré mantener una conexión mental con la que con un hombre (y también lo he
vivido por experiencia), no se puede dar de igual modo. No desde el mismo punto
de perspectiva al menos, como muy acertadamente has comentado.
Es entonces esa clase de persona con la que también puedes sentirte protegida, pero
al mismo tiempo proteger… Alguien con quién tampoco nada venga pre-concebido
por el estigma social y cultural que nos rodea… Una
amiga con la que también convives y con la que compartes cama a
otros niveles.
Esa persona, finalmente y en el amplio sentido de la expresión de; PARA TODO…
Ésa con la que no necesitarás vivir, a menos que te apetezca, claro está: salir
un viernes noche a expensas de la compañía de tu pareja por tener lo conocido
como “salida de chicas”. Pues en este caso no es algo estrictamente necesario y
vital vivir, como vengo viendo que la mayoría de mis amigas heteros
hacen/necesitan… (Supongo que es un ejemplo algo tonto, pero ocurre).
¿Y sabes qué, LR?
Creo que ya te lo dije… pero lo repito:
No me importó cuando me contaste que nunca habías tenido experiencias en esta
clase de terreno con las mujeres. No me importó antes ni me importará jamás.
Todo lo que ocurre entre dos personas siempre es “nuevo”. Y son caminos que
es precioso poder andarlos junto a esa persona con la que hayas decidido que
los ande contigo… de nuevo.
Pues sí, ok. Yo habré ya hecho el amor con algunas mujeres en mi vida… ¿Pero
acaso no eres un ser único en tu propia existencia? No merece eso y es de
lógica también viéndolo así; ¿que lo que tenga que ocurrir entre ambas,
pertenecerá a un nuevo marco de experiencia?
No pienso que eso sea ser inteligente, (aunque gracias por
el elogio…), pienso simplemente que qué más da si alguien nunca hizo algo… lo
importante es que haya decidido que tenía que hacerlo. Y que sienta esa persona
que debía hacerlo y lo vital; que
quiere hacerlo realmente, y no se
quede todo en una imaginación o intento de.
Ahora hablaba de sexo o de hacer el amor. Pero en todos los ámbitos de nuestra
vida pasa un poco lo mismo. Siempre se nos dará “una primera vez” para algo. Y
como suele decir una amiga mía; “Si encima te da miedo… hazlo”.
El miedo suele ser
nuestro mejor aliado, aunque creamos que no es así. El miedo en realidad nos
avisa y nos dice; “esto es importante”.
Así que gracias, LR; por no haber sólo sentido miedo por esto que estás
viviendo… sino pánico y vértigo como
dices.
Me siento realmente afortunada. Pues es más importante para ti de lo que podía
imaginar…
Cuando te vi por primera vez, en el lugar acordado y a la hora pactada, también
tuve ese “miedo” o duda, de si todo sería fruto de una idealización.
Pero que va. Pronto me di cuenta de que eras tal cual. O
mejor incluso. Pues no conocía a qué olías, ni a qué sonaba tu voz en directo.
Desconocía tu manera de caminar o de gesticular… y a los pocos instantes, ya me
había quedado atrapada por tu esencia, casi sin darme cuenta de ello.
Cuando estuvimos comiendo juntas en aquel japonés al que te llevé, me
encantaste LR.
¡Ya deseaba besarte!
“¿A qué sabrá el sushi en sus labios?” – pensé.
Menos mal que unas horas después me besarías tú… porque he aquí la supuesta
“lesbiana” siendo una completa tímida ante ti. ¿Una casi absoluta inexperta
porque tal vez se suponía que debiera haber sido yo la que te besara a ti? Pero
ahora leo que ha sido el mejor beso de tu vida quizá por esa misma razón por la
que yo estuve casi fustigándome un tiempo después… Y es que como también suelo
decir; “Todo pasa por algo”.
Me gustó tal cual se dio.
Me sorprendió, a decir verdad. Me impactó también. Y he llevado clavado en mi
ser ese primer beso hasta el día de hoy, en el que aún no hemos podido volver a
vernos por como bien alegas; por “cuestiones de logística”.
Pronto lo haremos y si mis buenos días son tu vitamina
diaria, tus buenas noches lo son para mí. Eso y tus audios con a veces las
voces de fondo de tus hijos y tú interactuando como madre con ellos.
No he visto esa faceta tuya de mami en directo todavía, pero te imagino y
percibo como una madre fenomenal. De las que no suelen existir. Con unos valores
y con una valentía que ya me gustará a mí tenerlos cuando me toque ser madre…
Creo que esto y para también mi sorpresa, es algo que en vez de alejarme de ti...
más me aproxima. Más me enamora, lo confieso.
Y es que me encantas, LR. ¿Qué puedo decir? ¡Qué suerte tienen tus hijos de
tenerte a ti como madre!
¿Sabes? Admiro cuánto eres…
Una vez leí… creo que algo de Platón; que decía que el
secreto del amor residía en la admiración. Si puedes admirar a quién amas,
funcionará mejor.
No sabemos, es cierto también esto; si lo nuestro “saldrá bien” o qué ocurrirá al final… Pues también es cierto que
tenemos otro tipo de piedras en el camino que más allá de nuestra
compenetración a muchos niveles, existen…
Unas piedras que se dan en este camino que sin buscarlo ni mucho menos
vislumbrarlo… también se me antoja como eso que no quiero perderme. Aquello que
deseo vivir de todas-todas. Pase lo que pase.
Quizá también termine teniendo que recoger y recomponer más tarde mis pedazos,
o incluso ayudarte a ti con los tuyos (pues yo también soy así)… Jamás he
sabido desaparecer del todo de la vida de nadie.
Pero ocurra lo que tenga que ocurrir LR, estoy segura de algo:
Va a ser una aventura fabulosamente mágica.
Ya lo está siendo, de hecho.
Pues el ingrediente que la confecciona como mágica, eres tú.
Gracias por aquel día tonto en el que te decidiste a escribirme en mi perfil de
aquella página de contactos también tonta...
Gracias por haberte subido a ese AVE y haber venido a verme.
Gracias por tus risas, por tus reflexiones, por tus críticas y opiniones hacia
mi trabajo… Porque sé que deseas que pueda mejorar y que crea más en mí misma.
Gracias por sumar y no restar. Por estar. Por aparecer…
Gracias por ser mi nueva gran y mejor
amiga, además de la persona a la que
deseo volver a oler, abrazar y sentir entre mis brazos a través de la
electricidad que sólo tú accionas bajo mi piel.
Pero sobretodo gracias a no sólo haberte atrevido a mirar
dentro de ti y a buscarte… Sino también a saberte encontrar y permitirte VIVIR
lo que creías necesario en tu vida. Pues si no te hubieras decidido a separarte
de ese maravilloso hombre y tal vez hubieras permanecido en esa famosa “zona de
confort” … hoy no estaríamos aquí.
Y yo me habría perdido las risas de fondo de tus pequeños, me habría perdido la
de cosas que me estás enseñando con tu peculiar y fascinante modo de ver el
mundo… Y me habría perdido mi multivitamínico diario llamado “LR”.
Pronto nos volveremos a ver...
No puedo casi ni esperar a que así sea.
¡Y que pase lo que tenga que pasar!
Porque como decía John Lennon; “La vida es aquello que sucede mientras hacemos
planes”.
Y yo siento
vida cuando en teoría voy
a hacer algo, pero entonces un mensaje tuyo invade mi pantalla, mi tiempo y mi
mente… Siento vida incluso imaginándome nuestro próximo escenario en persona.
Pues ahora también me siento más cómoda al poder recrearme en mi mente con
nuestro próximo encuentro, habiendo palpado ya en mí cuán real es estar
conociéndote… y cuán maravilloso.
La vida también es esto, supongo: Atreverse o no con las cosas que nos suceden.
Así que gracias LR por estar sucediendo en mi vida.
Hasta muy pronto,
C.