Llevo días obsesionada con esto y no sé cómo abordarlo... Quiero ser criptógrafa, analista de códices, especialista en grafología rara y descifradora de textos... Hay cosas tan apasionantes por estudiar, que lo único que puedo hacer es compartirlas.
Yo no sabía de la existencia del
Manuscrito Voynich, un libro del que no se conoce su autor, ni su contenido, ni su lengua. Más de 200 páginas de pergamino que han traído de cabeza a estudiosos de todo tipo a lo largo de la historia. Les invito a consultar el
texto dignamente hilvanado de la wikipedia, que explica todas las teorías en cuanto al autor y el significado de la obra, para ir desechándolas convenientemente después.
Si tienen un rato, documéntense al respecto, porque me gustaría debatir -en un figuradísimo sentido- con ustedes sobre las posibles interpretaciones del manuscrito Voynich.
Se trata de un libro con una sucesión propia de un lenguaje real, que en algunos rasgos recuerda a dialectos árabes, en otros al hebreo y también a lenguas orientales y latinas.
Los estudios parecen concluir que se dibujó y escribió en la tardía Edad Media y que proviene del Norte de Italia.

En cuanto a los posibles autores, se barajan varios nombres e intenciones:
Roger Bacon,
un franciscano que era conocido como
doctor Milagro, perseguido por la propia Iglesia, estuvo incluso encarcelado en varias ocasiones. Estudió fenómenos ópticos, experimentó con lentes y encontró incluso una explicación para la formación del arcoiris. Es decir, se trataba de un hombre inquieto, con sabiduría y cierta fantasía. Podría ser en efecto el autor, aunque, otras teorías lo descartan como tal.

También se ha llegado a imputar la autoría al descubridor del manuscrito,
el anticuario Wilfrid Voynich, que tentado a impresionar al mundo, utilizaría sus conocimientos para crear un legajo pretendidamente misterioso. Tenía cierta fama de embaucador. Sin embargo, los pigmentos y las tintas datan de varios siglos antes.

Hay quien opina que el manuscrito fue escrito por dos personas diferentes, porque hay quién ve dos caligrafías distintas. Podría haber sido
John Dee,
un matemático y astrólogo apasionado del ocultismo, junto a un ayudante, a la postre, medium.
Dee, se hizo amigo de un
aventurero "Isabelino",
Eduard Kelly, que se hizo pasar por erudito y a quien se cortó una oreja por falsificar documentos. Este señor Kelly, ya antes había inventado un idioma, por lo que parecería posible su autoría. De hecho era también alquimista, y el libro parece que trata de alquimia, lo que haría pensar en que habría podido escribirlo él. Eduard Kelly, afirmaba haber descifrado el idioma de los ángeles, que por lo visto le dictaban cosas que su amigo John Dee compraba y vendía después. Su amistad terminó el día que los ángeles le sugirieron intercambiar sus esposas. Hoy se considera improbable que estos dos fueran los autores del manuscrito. No encaja ni por estilo, ni por forma.

En la primera página aparece un nombre borrado (visible sólo con infrarrojos),
Jacobus Sinapius,
un alquimista en el que otros han querido ver al escribiente del manuscrito. Una vez más, parece improbable y todo apunta a que fue uno de los propietarios del libro, que puso su nombre para marcarlo como suyo.

Hay incluso quien cree que fue escrito y dibujado por el propio
Leonardo da Vinci: En uno de los dibujos, aparecería de forma codificada una fecha, el 14 de abril, con mujeres embarazadas, tal vez explicando su propia fecha de nacimiento. (Sería en tal caso, cuando se inició su parto, porque nació un 15 de abril). Se consideraría una obra de juventud de da Vinci, donde encriptó sabiduría espacial, atómica y fantástica.
Sin embargo, las ilustraciones, son toscas, ingenuas, muy diferentes de la finura del genial pintor. De hecho parecerían a veces dibujos infantiles, cargados de fantasía: dragones voladores, mujeres con rosadas mejillas... Se trata de un estilo muy poco preciso y sobre todo muy fantasioso.

De hecho, el manuscrito se divide en lo que llaman "secciones" de diferente temática. La primera parte es una especie de herbario, de la que no ha sido posible identificar ni una sola planta de las ilustraciones. Es como si raíz, hoja y flor no se correspondieran con ninguna planta conocida. O como si fueran mezclas de especies botánicas reales, algo espeluznantemente extraño.
Otra parte del código presenta mapas zodiacales, perfectamente entendibles y con dibujos específicos que se corresponderían con los signos conocidos: aries, libra, piscis...

Una suerte de constelaciones aparecen dibujadas de forma muy poco precisa, pero reconocible... a día de hoy, claro, porque obviamente, en la Edad Media no existía la tecnología necesaria para tener dato alguno sobre astronomía a parte de la mera observación. Hay quien interpreta la propia Vía Láctea, vista desde arriba, algo conocido sólo gracias a satélites altamente tecnificados.
También se presentan ilustraciones de mujeres en lagunas de enigmáticas aguas verdes, que bien podrían representar baños curativos, o la fuente de la eterna juventud. En muchas páginas aparecen mujeres representadas de forma extraña, a menudo desnudas y/o bailando.
Hacia el final del manuscrito se detallan lo que parecen ser recetas, conocimientos botánicos para elaborar venenos o fabricar mezclas de alquimia.

En cualquier caso, lo más extraño es el lenguaje, imposible de descifrar, pero con un claro patrón de escritura real. Hay quien dice que sigue un sistema polialfabético, es decir, que unas letras significan otras, y a su vez, va cambiando el propio sistema. Es un encriptado tan difícil, que se considera el documento más misterioso del Mundo.
Se ha especulado incluso con que no signifique nada. Pero ¿Quién se tomaría la molestia de escribir algo así si no tiene ningún contenido? En todo el manuscrito no hay ni un solo error,ni un tachón. Raro ¿no?.
En los extraños dibujos parece adivinarse una ciudad de trazado circular. Sólo hay tres ciudades que podrían ser: Bagdad, Jerusalén o Milán. Precisamente en Milán está el único rasgo arquitectónico reconocible en las ilustraciones: Las almenas en "V" o de cola de golondrina, que aunque se se extendieron por torres y castillos durante el renacimiento, hacia el 1.500, época de la que data el manuscrito, sólo había en Milán.
Con toda esta información, yo extraigo tres teorías ¿Con cuál está de acuerdo usted?
A) El manuscrito es un tratado de espionaje industrial medieval. Básicamente cuenta cómo elaborar venenos a modo de armas y también guarda los secretos sobre la creación del vidrio, algo que no debiera salir de la zona, controlada (de forma pre-mafiosa) por la familia Sforza, los mandameses de la época. En Murano, tenían la exclusiva de la elaboración de vidrio, algo más propio de la alquimia que de la industria tal y como la conocemos hoy. El libro sería un encargo de alguien para poder elaborar de forma clandestina (tal vez en otro país) elementos de vidrio. Incluso un dibujo de un recipiente con forma de campana aparece en el manuscrito Voynich.
B) El manuscrito es una soberana tomadura de pelo de principio a fin. El autor o autores, pretendieron confundir con un lenguaje nuevo, un misterioso número "40" que se repite en alguna ocasión y dibujos de naturaleza e invención fantasiosa. El motivo, como en todas las estafas latinas, el dinero. Por uno u otro motivo, el legajo se podría vender por una jugosa cantidad. En su momento como libro mágico, cuando apareció en las manos de Voynich, como una preciosa antigüedad, y hoy, como un enorme misterio.
C) El manuscrito es un libro muy poderoso. Sus páginas contienen una sabiduría que sólo se puede tener en un estado de gracia específico. Enumera fórmulas de una química muy tosca pero efectiva: venenos y medicinas... o lo que es lo mismo, drogas. El libro sería un compendio de drogas, efectos, plantas, combinaciones y usos lúdicos, terapeúticos etc. Si no ¿De qué van a aparecer dragones volando? ¿Mujeres en éxtasis? ¿psicodelia de juegos ópticos? Obviamente, la Inquisición hubiera tildado de brujería un libro así; y ésta era la forma de enmascarar conocimientos científicos y mágicos.
¿Cuál de las tres teorías les convence más? ¿Se les ocurre alguna otra? A mí no se me quita de la cabeza el manuscrito Voynich... ¿Alguien se apunta a un viaje a la Universidad de Yale para verlo?
Lo dice Diana Aller