Estaba yo de marcha, con la tranquilidad que da la noche madrileña en Agosto. Estaba rodeada de amigos y conocidos, y a mi lado había una chica de mi edad más o menos (bueno, tres añitos menos), con la que entablé la clásica conversación absurda, sobre la noche, las relaciones sociales y esas cosas. Me dijo que se llamaba Cristina. Llegadas a un punto, la conversación fue más o menos así:
D. A. : ¿Y a qué te dedicas?
C: Soy puta ¿Tú?
D.A.: Yo también, pero ¿En qué sector? ¿Cuál es tu trabajo?
C: No, que soy puta de verdad. Me acuesto con gente.
De pronto, Cristina me pareció interesantísima. Le quería preguntar tantas cosas... Le pedí permiso para hacerle una "minientrevista" y accedió a cambio de no dar datos concretos sobre su persona. Esta fue la conversación:
D.A.: ¿Y cómo se empieza a trabajar de puta?
C: Pues las demás no lo sé. Yo contesté un anuncio en el que buscaban chicas, fui y me cogieron...
D.A.: ¿Y ya?
C: Sí, no es muy emocionante ¿no?
D.A.: Lo es... ¿Qué te preguntaron en la entrevista?
C: Pues nada, me comentaron las condiciones y eso, y me dijeron que si las aceptaba, que empezaba al día siguiente.
D.A.: ¿Y cómo fue el primer día de trabajo?
C: ¡Buah! Fatal, estaba supernerviosa. Era en un chalet, cerca de donde curro ahora. Era un tío normal, se portó bien. Normal, lo pasé mal, todo muy raro.
D.A.: ¿Normal? ¿La gente normal va de putas?
C.: Pues sí, por increíble que parezca, sí. La mayoría son muy normales, muy sosos y muy "charlas". Y la gente está muy sola, y por el mismo precio pagan un polvo y hablar. Todos te cuentan su vida...
D.A.: ¡Qué triste! ¿no?
C.: Bueno, al menos se desahogan...
D.A.: En todos los sentidos... Oye... Y... A ver, lo mismo te molesta la pregunta, pero es que siempre he oído que las putas no disfrutan nunca de su trabajo ¿Tú te lo has pasado bien alguna vez?
(Cristina se queda un rato callada y sonríe un poco, como recordando).
C.: Sí, bueno, disfrutar, disfrutar... Depende de lo que llames disfrutar. Nunca me he corrido trabajando, vamos, pero una vez si que me gustó. Era un tío muy guay, y fue muy divertido.
D.A.: ¿Qué hicistéis?
C.: (Cortante) Pues no sé, follar, lo de siempre...
D.A.: ¿Y qué es lo más raro que te han pedido?
C.: ¡Buf! Depende a lo que llames raro. Griego, besos negros... Beberme bukakes...
(He tenido que meterme en internet para ver cómo se escrbe)
D.A.: ¿Qué es eso?
C.: Pues varios tíos se corren en tu cara, o en un vaso y luego te lo bebes todo.
D.A.: ¿Todo... junto?
C.: Bueno, yo lo bebo con vodka.
D.A.: ¿Qué? ¿Con vodka?
C.: Es un rollo así, como de humillación, pero no es chungo. (Cristina se ríe) Con vodka está bien.
Es que realmente no hay "cosas raras", es siempre lo mismo. Todos quieren anal y francés. Y luego, no sé... lo típico, follar... no sé. Es muy parecido siempre.
D.A.: Pero tú no disfrutas...
C.: No, nunca...
D.A.: Pero haces como que sí...
C.: Sí, claro. Grito como una puta.
(Nos reímos. Luego hay una parte que no se oye bien (Está grabado con el móvil, hablamos de fingir, de gritar y de disfrutar).
C.: Realmente lo peor de ser puta es que no puedes hacer otra cosa, porque se gana bastante dinero, y es difícil encontrar algo que...
D.A.: (Interrumpiendo de forma muy maleducada) ¿Tú cuánto ganas?
C.: Depende. Voy a comisión con las copas y de ahí me llevo algo, y luego, no sé... ¿Es que sabes que pasa? Todas mienten mucho y dicen que ganan más de lo que ganan en verdad. Yo al mes... no sé, pon que si va bien 5.000 euros, me llevo.
D.A.: ¿Pero eres puta de lujo?
C.: Soy puta, se puede decir escort, y... que es como se dice ¿no?, pero todas somos putas. Yo me desplazo sólo para los fijos, normalmente trabajo en chalé, pero sí, les gusta creer que eres de lujo. Pero es lo que te decía antes, que dónde voy a currar, sin experiencia en lo mío (Cristina es filóloga) y por un sueldo miserable.
D.A.: ¿Trabajas todos los días?
C.: Tres o cuatro a la semana, si, y cuando tengo la regla, descanso. Pero luego hay días con varios servicios... Depende.
D.A.: ¿Y qué ropa te pones para trabajar?

C.: Pues imaginaté. Escotada y eso... Tengo como una doble vida. Por un lado mis colegas, mi familia, salgo de marcha... y voy vestida, pues así, (Se señala la camiseta blanca) normal. Y luego, cuando voy a trabajar, que me visto de puta: "ajustá", corta... no sé...
Cristina es absolutamente normal, guapa, delgada pero no tiene un tipazo de escándalo. Lleva una coleta y no para de fumar.
D.A.: ¿Y saben que eres puta? Tu entorno, digo...
C.: Algunos amigos... Mi familia no... Creen que trabajo en un restaurante (Silencio. Se ríe). De lujo.
D.A.: ¿Y te gustaría dedicarte a otra cosa?
C.: Joder, si ganara lo mismo, sí.
D.A.: ¿Y qué piensas de los tíos?
C.: ¿De mis clientes?
D.A.: Sí, no sé...
C.: Nada. Me dan igual.
D.A.: ¿Te caen bien, mal...?
C.: Alguno bien, otros mal... No sé hay de todo. Así, en general son unos pringaos. Se creen que disfrutas, aunque en el fondo saben que no... es el juego ¿no?. Y luego hay algún imbécil, agresivo... no sé.
(Sinceramente, no me atrevo a preguntar por los agresivos)
D.A.: Pero me has dicho que no tienes novio ¿Es incompatible?
C.: Lo dejé hace poco con mi novio, y no sé, sí..., es difícil de llevar. Pero prefiero no tener novio, por ahora, vamos.
D.A.: Pero ¿No te cuesta trabajo confiar en los tíos?
C.: No ¿Porqué? Tengo buenísimos amigos, y no les tengo ningún... rencor ¿sabes? El ser puta es una profesión, nada más, no sé... Si dejara que afectara a mi vida, estaría, ¡buah!, perdida. Hombre, te vuelves más fría y como con cuidado, pero... no sé, mi ex era guay, y espero tener pareja, pero no por ahora.
D.A.: Oye ¿Me dejarías hacerte una foto?
C.: Ni de coña, tía, lo siento.
D.A.: Te la hago en el baño, que hay poca luz, con el móvil, borrosa...
C.: Que no, que no... que paso.
D.A.: Bueno, yo tengo que ir al baño, ahora vengo.
C.: Guay, estoy aquí.
Al volver del baño Cristina se había ido. Pregunté a dos chicos que creía que eran sus amigos, pero me dijeron que no sabían.
Y no, la conversación no me la he inventado, está en mi móvil. (Junto con alguna referencia a la música y a las discotecas de Madrid).
Lo dice Diana Aller